Dejarse llevar por el atardecer en el mar, desde la borda de un gran barco con la inmensidad de lo grandioso de las aguas y cielos, una fusión de colores se dan cita poco a poco para estremecer nubes y cielo con la influencia del gran sol que se despide cayendo el día para dar paso a la noche.
Esta es sin duda una de las grandes maravillas que nos enseña la madre naturaleza, lo que transmite es maravilloso, la tranquilidad, la paz y ese instante de felicidad contemplando el horizonte es uno de los momentos que un ser humano siempre recordara.
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Oleo sobre lienzo - 30x30 - 2014. |